jueves, 25 de abril de 2024
LOCOS, BOHEMIOS Y POETAS
lunes, 19 de febrero de 2024
ARCHIPIÉLAGO DE LOS DESASTRES
El sábado pasado tuve la suerte de poder acudir en el teatro principal de Ourense a ver ARCHIPIÉLAGO DE LOS DESASTRES.
Desde que nacemos nos recorre una grieta. Somos vulnerables. Con todo, aspiramos a esconder nuestra naturaleza frágil, esa que nos hace más humanos y auténticos, bajo la máscara de la infalibilidad. Pero ¿y si existiera un lugar donde no tuviésemos miedo a rompernos, donde fueran los valientes sin miedo al fracaso, donde fracasar fuera todo un éxito? Un lugar donde la vulnerabilidad es un superpoder.
En Archipiélago de los desastres, partimos dispuestos a fracasar mientras podamos, con cabeza, tranquilamente… Nada de fracasar a lo loco. Fracasaremos como siempre o como nunca, en un acto o en tres, en un monólogo o en un diálogo. Fracasaremos hasta convertir el fracaso en una obra de arte.
Deivid Barrera, Lucía Bocanegra, Javier Centeno, Nerea Cordero, Ana F. Melero, Santi Martínez y Arturo Parrilla.
Ellos lo han hecho, ellos han creado una delicia de espectáculo brillantemente montado. Han acariciado el fracaso, es más, lo han abrazado con valentía y tesón.
Este espectáculo es muchísimo más que disfrutar de la danza; es una mezcla de teatro, musical, baile, emoción, recuerdos, corazón y magia.
Es la realidad, crueldad, dolor y verdad de la vida en 80 minutos.
Todos y cada uno de los actores lograron crear un ambiente de calidez que cautiva al público desde el primer instante.
Pero debo confesar que hubo una actriz que logró captar mi atención de una forma especial; Nerea Cordero, quizá por su voz que llegó hasta el último rincón del teatro, que fue capaz de erizar la piel. Quizá porque al bailar transmitía algo único, algo que solo alguien que lleva años entregándose a la danza sabe hacer de verdad, con pureza y desnudando cada sentimiento en aleteos de mariposa.
Ella, unida a un elenco que suman 7 intérpretes, abrazan sus fortalezas y debilidades.
Ellos y Elena Carrascal lo han logrado una vez más. Como siempre han agitando su varita y han hecho que a ARCHIPIÉLAGO DE LOS DESASTRES no le falte de nada y solo así se ha convertido en un recuerdo imborrable.
lunes, 5 de febrero de 2024
LAS GUERRAS DE NUESTROS ANTEPASADOS
Hace un par de días pude disfrutar de LAS GUERRAS DE NUESTROS ANTEPASADOS en el Teatro Principal de Ourense.
Está bella historia es un grito contra la violencia de las guerras es la línea maestra de la novela de Miguel Delibes. Las guerras de nuestros antepasados, publicada en 1975. Desde el nombre del protagonista, “Pacífico”, hasta el final terrible de la obra, el autor vallisoletano defendió a lo largo de sus páginas la paz frente a la guerra y la no violencia como camino de vida.
Un Carmelo Gómez vibrante, frágil, arrollador, que pida el escenario con una soltura y grandiosidad que es capaz de cautivar a todo el que se acerque a entrar en su casa.
Un Miguel Hermoso auténtico, sencillo, tierno, comprensivo. Él se acerca al mundo de Carmelo, con la paciencia y honestidad de alguien que lleva a tu lado años queriendo ayudar.
Ellos son la pareja perfecta, hacen que el recorrido por la historia funcione, tenga sentido, corazón y belleza.
Son una lección de teatro, de amor por lo que hacen, de dejarse el alma una y otra vez; sin pedir nada a cambio.
Este diálogo entre la violencia y la ternura, nos hace parar, respirar el dolor, sentirlo propio. Nos hace querer cambiar el mundo, buscar la manera de hacerlo.
Gracias a ellos podemos vivir el pasado en el presente, sentirnos más cerca de aquello que creímos haber olvidado. Aquello que parecía quedar atrás, nada más lejos de la realidad.
Es una historia simple, sin rellenos, te hace salir del teatro una sensación de plenitud y dolor, que se compensan de forma mágica.
Al teatro no se le puede pedir más que sea capaz de llenarte, de cambiar el mundo y emocionarte sin control. Sin duda LAS GUERRAS DE NUESTROS ANTEPASADOS ha cumplido con creces todo lo que se le puede pedir al teatro y ha superado mis expectativas.
Vayan a ver a estos dos monstruos en escena, vayan y déjense enamorar. Les aseguro que no les decepcionarán.
domingo, 21 de enero de 2024
CAMINO AL ZOO
Un espectáculo teatral original de Edward Albee, en versión de Juan Carlos Rubio y Bernabé Rico.
A pesar de ser pareja, la vida cotidiana de Peter y Ann está marcada por la incomunicación y la soledad. Rehuyendo el intento de Ann por afrontar la situación, Peter decide pasar el día en el zoológico de Central Park. Allí conocerá a Jerry, un excéntrico personaje que le obliga a escuchar sus historias hasta la última y más espeluznante de todas: el motivo real de su visita al zoo.
Cuando salgo tan emocionada de una obra de teatro, me cuesta mucho lograr ponerle palabras a lo que he sentido y vivido. Solo sé que tengo mucho que agradecer, a Edward Albee por ser uno de los grandes genios de la literatura dramática, a Juan Carlos por dirigir con tanto amor, a Daniel y Fernando por hacer que quiera quedarme en el zoo un ratito más y a Mabel por regalarme recuerdos que siempre permanecerán. A todos por ofrecernos un viaje donde aprendimos a latir bien fuerte. Gracias, porque nada de esto tendría sentido sin cada uno de vosotros.
Desde ayer hay algo increíblemente tierno, genuino y humano en la sensación que me ronda por dentro...
Ayer Mabel nos hizo amar el vaivén del viento.
Una vez más sentí su corazón palpitando al tiempo que derrochaba amor y verdad, con los ojos brillantes iluminando mi silencio.
Porque Mabel es así; un portento de actriz que te hace creer, confiar y soñar.
Ayer Ann me dolió, mucho. Pero también la quise cuidar y ayudar. Ayudar a todas las Ann que caminan por el mundo...
Gracias Mabel por entregarte así, por hacerlo siempre desde el amor, la sinceridad y dejándote el corazón en cada paso.
Fernando es capaz de dotar al personaje de la fragilidad y fuerza necesarias para crear el equilibrio perfecto. Él se destruye para reconstruirse después, quizá por eso se toma la libertad de hacer un poquito lo mismo con el público. Fernando da vida a un Peter auténtico, lleno de luces y sombras; tan reales y necesarias como respirar.