sábado, 30 de julio de 2022

María Callas, SFOGATO.

Aún estoy intentando encontrar las palabras para describir lo vivido, pero las emociones lo siguen colapsando todo.

«Marías Callas, Sfogato» es un espectáculo íntimo que nos muestra a una mujer vulnerable, acosada por la prensa y los admiradores, pero también a una artista mayúscula, sin límites e invencible, como es propio de una soprano sfogato.

SFOGATO, es una preciosa lección sobre la vida y el amor. De golpe y porrazo nos enseña que además del suelo, existe el cielo. Que además de la herida, existe la cura. Y además del dolor, existe el verdadero amor. Es la magia de lo intangible capaz de hacernos sentir por dentro. Nos enseña que aquello que aceptamos, nos libera. 

Cada minuto durante la función se convierte en inolvidable.  

Personalmente siempre me cuesta definir la ternura y la belleza, pero creo que gracias a lo vivido lo voy entendiendo. Gracias por hacerme sentir que junto a vosotros estaba en el lugar adecuado. 

Qué bonito es que haya artistas que sepan hacerte el regalo más grande: Entregarte su propia vulnerabilidad, su corazón y verdad. Aquellos que nos enseñan a abrazar la historia, sumergirnos en ella y allí sentirnos a salvo.                                  

Mabel del Pozo interpreta a María de una forma valiente, perfecta y libre. Se deja la piel y el alma para regalarnos una noche inolvidable. Mabel es toda la magia que el mundo necesita para no dejar de creer en el arte nunca. Ella consigue llevarnos a su terreno, dejándonos sin voluntad, pero con el deseo enorme de seguir disfrutando de toda la verdad que derrocha. Cada paso que da Mabel en un escenario es una declaración de amor constante. 

Anabel Maurín se mete en la piel de Bruna, una Bruna que nos contagia su ilusión, sus ganas de seguir al lado de quien ella nunca abandonaría. Anabel por momentos es el toque de humos necesario para rebajar tensiones y así poder volver a emocionarnos con más fuerza e intensidad.  

Eva Marco nos eriza la piel con cada nota que sale de su boca, logra hacernos sentir emociones que hacía mucho tiempo no habíamos sentido. Parece igual mentira, pero ella ha cambiado mi forma de ver la vida y lo que me rodea. La voz de Eva es un verdadero regalo.

El piano de Natalia Belanova es belleza pura y absoluta. Sentirla tan cerca, tan profundamente, es capaz de dejar a todo el mundo sin absoluta palabra. 

La conexión que hay entre estas cuatro mujeres es escena es abrumadoramente tierna y hermosa. ¿Y qué sería de María sin su Callas, de Bruna sin su María? 

Para mí como amante del teatro, ver obras como esta me hacen sentir afortunada y agradecida. Es muy difícil encontrar espectáculos de una belleza tan impresionante y solo puedo recomendaros que os hagáis el regalo de vuestra vida y  vayáis a ver SFOGATO. 

Hoy día 31 de julio a las 21:00 en el Teatro Infanta Isabel es la última función de esta joya, y no os podéis perder esta maravillosa oportunidad. 

Entradas: https://proticketing.com/teatroinfantaisabel/es_ES/entradas/evento/25589