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viernes, 8 de octubre de 2021

El bar que se tragó a todos los españoles

 3 horas de un viaje inolvidables. (Así es como definiría con pocas palabras a EL BAR QUE SE TRAGÓ A TODOS LOS ESPAÑOLES)

Toda, absolutamente toda la obra está repleta de momentos memorables, auténticos y llenos de fuerza. Es la verdadera delicadeza del talento y la fuerza de la verdad.


‘El bar que se tragó a todos los españoles’ está basada en la vida del padre de Sanzol y cuenta la historia de Jorge Arizmendi, un cura navarro que en 1963, con treinta y tres años, decide cambiar de vida, dejar el sacerdocio, y viajar a Estados Unidos para aprender marketing. Él se quiere convertir en el mejor vendedor. Allí, su vida cambiará por completo cuando conoce a Carmen, una española muy guapa que trabaja en Telefónica y que se encuentra en EEUU aprendiendo inglés.

¿Qué decir de la interpretaciones de esos 9 monstruos escénicos?

Francesco Carril da vida a Jorge Arizmendi, con una soltura, talento y fuerza que asombran. Su interpretación y presencia escénica son memorables.

Acompañan a Carril ocho actores que hacen las delicias del público: 

Natalia Huarte (portentosa dando vida a Carmen Robles, la mujer que le roba el corazón a Jorge Arizmendi), Nuria Mencía (absolutamente maravillosa en todos los personajes en los que se desdobla y especialmente maravillosa en la piel de Margaret Miller), David Lorente (borda todos sus personajes pero se lleva la palma dando vida al Txistorro), una fantástica Elena González (que por momentos logró dejarme sin palabras), Jesús Noguero (impecable, sobresaliente y auténtico), el gran Jimmy Roca, Albert Ribalta (brillante en todos sus personajes, especialmente en la piel de Crisóstomo Carlucci y Andreas Locher) y Camila Viyuela que una vez más consigue llevarse un pedacito de mi corazón. 

Poco más puedo añadir de los 9 actores que nos invitan a viajar y soñar por la vida del padre de Sanzol. De Jorge Arizmendi, (ese cura que dejó la iglesia y su vida anterior para vivir "el sueño americano") 



Alfredo Sanzol siempre consigue hacerme salir del teatro con el corazón en taquicardia, con la cabeza llenas de preguntas y el alma ensanchada. Esta vez lo ha vuelto a hacer y me atrevería a decir que con más fuerza e intensidad que nunca.

Me atrevo a decir que este sin duda es de los mejores montajes de la temporada. De esos que no te puedes perder, porque te arrepentirás de por vida. 

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